Las empresas españolas aceleran para cumplir con la nueva regulación en sostenibilidad

Nueva regulación europea UE

Los cambios aprobados por la Comisión Europea con el objetivo de visibilizar el compromiso de las empresas contra el cambio climático y su impacto social permitirán a las empresas españolas colocarse por delante en el reporte y gestión de los aspectos ESG.  

La nueva Directiva sobre los reportes de sostenibilidad (Corporate Sustainability Reporting Directive, CSRD) de la Unión Europea va a cambiar la manera en que las empresas se comprometen, reportan y hacen seguimiento de sus objetivos sociales y medioambientales.  

Su aprobación implica que deberán publicar informes sobre el impacto de sus actividades en el medioambiente y en la sociedad y de los riesgos a los que están expuestas.  

Aunque la obligatoriedad de recoger, analizar y publicar los datos no financieros comienza en 2024 para las grandes empresas, el requerimiento se irá extendiendo progresivamente a todo tipo de empresas hasta 2028.  

En España muchas grandes empresas ya han empezado a hacer pública su información no financiera, pero la nueva regulación amplía la obligación a empresas de menos de 250 trabajadores.  A todas ellas, la CSRD les obliga a ir más allá.  

El impacto y la doble materialidad, novedades de la regulación 

La principal novedad, pendientes aún de su transposición al ordenamiento jurídico español previsto como tarde para julio de 2024, tiene que ver con la gestión del desempeño social, medioambiental y de gobernanza de la empresa. 

Todas ellas tendrán que reportar una evaluación del impacto causado tanto directamente como a través de su cadena de valor, y en esa línea también definir cómo gestionan dicho impacto. Lo cual implica evaluar el impacto que dichos aspectos de sostenibilidad tienen en la estrategia, el negocio y la cuenta de resultados de la compañía. 

El segundo gran cambio en la elaboración de reportes de sostenibilidad corporativos es el enfoque basado en la doble materialidad.  

Este análisis tiene una doble perspectiva. Por un lado, la evaluación del impacto, que se refiere a los impactos positivos y negativos relacionados con la sostenibilidad que están relacionados con el negocio de la empresa. Y, por otro, el análisis de los riesgos y oportunidades financieros relacionados con la sostenibilidad de la empresa, identificados a través de un proceso de evaluación de la materialidad financiera.   

Mayor transparencia, gestión y control de los aspectos ESG 

Con estos cambios se busca mejorar la transparencia en la definición de los compromisos sociales y medioambientales, y un mayor control en la ejecución y gestión para implementar mejoras.  

De esta forma, inversores, consumidores, reguladores, y la sociedad en general van a poder tomar decisiones de compra, de financiación, de subvención basados en criterios auditados de sostenibilidad.  

Además de garantizar la transparencia, la Comisión Europea pretende mitigar el “greenwashing” de las empresas, estableciendo mecanismos de control como auditorías y certificaciones independientes. El acceso digital a los informes sobre sostenibilidad también va a facilitar la transparencia en este ámbito. 

Todo ello supone una apuesta decidida por parte de las autoridades europeas por homologar datos en la medida de lo posible en la UE. 

Una iniciativa ambiciosa desde el punto de vista regulatorio y también para las empresas, que va a exigir una adaptación acelerada en cuanto a la medición, análisis y control de sus compromisos sociales y medioambientales y del impacto generado.  

¿Qué es la materialidad y cómo afecta a las empresas?

Campo trigo

Ahora que la sostenibilidad se ha convertido en una prioridad indiscutible y que cada vez más empresas definen sus estrategias para gestionarla, con más frecuencia, oímos hablar de la materialidad.

Pero, ¿Qué es la materialidad? ¿Cuál es su vínculo con las estrategias de sostenibilidad? ¿Por qué se habla tanto de ella?

Si aún no estás familiarizado con este término, no sabes para qué sirve exactamente ni cómo se lleva a cabo un análisis de materialidad, este artículo es para ti.

Empecemos por el principio, es decir, definiendo qué es la materialidad.

Cuando hablamos de materialidad nos referimos a todos los aspectos ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) que tienen un impacto sustancial, positivo o negativo, en la rentabilidad de la empresa y en sus grupos de interés.

La materialidad debería ser el fundamento de toda estrategia de sostenibilidad rigurosa y, por lo tanto, los temas materiales son aquéllos que merecen ser adecuadamente gestionados, y, en los casos en los que aplique, reportados.

Aunque dependiendo de su alcance, el análisis en sí tiene cierto nivel de complejidad, no debemos ver la materialidad como un ejercicio para pocos, relevante sólo para las multinacionales, para un sector determinado o para las empresas que tienen la obligación de publicar el estado de información no financiera.

La materialidad es una herramienta estratégica que facilita la toma de decisiones, por lo que toda empresa que quiera preservar su competitividad y que esté interesada en crear valor para la sociedad, independientemente de su tamaño o del sector en el que opere, debería llevar a cabo un análisis de materialidad con cierta regularidad.

¿Cuáles son los principales beneficios del análisis de materialidad?

Ahora que ya sabemos que la materialidad es un concepto clave, tanto para el reporting como para la gestión de la sostenibilidad, el siguiente paso es entender cuáles son los beneficios de llevar a cabo un análisis de este tipo.

Los principales se pueden resumir en tres puntos:

1.Priorizar y enfocar la estrategia

La materialidad proporciona información valiosa que permite identificar cuestiones que requieren seguimiento, minimizar riesgos y reorientar la estrategia priorizando los temas de mayor impacto en el negocio y que sean más relevantes para las partes interesadas. Todo ello, contribuye a maximizar la asignación de los recursos y a minimizar esfuerzos.

2.Anticipar tendencias y mejorar de la competitividad

A través del análisis, la empresa puede detectar las tendencias emergentes y las mejores prácticas del sector por lo que la materialidad constituye un recurso crítico para la mejora de la competitividad. Los temas materiales, adecuadamente gestionados, constituyen las palancas para crear valor de largo plazo para la sociedad por lo que deberían influenciar las decisiones acerca de la oferta de productos y servicios y, además, servir de guía en la definición de una propuesta de valor diferencial respecto a la competencia.

3. Impulsar la transparencia y el diálogo con los grupos de interés

El análisis de materialidad ofrece la oportunidad de establecer un diálogo con los principales grupos de interés, de identificar los temas que más les preocupan y sobre los que la empresa deberá rendir cuentas. Por ende, la materialidad contribuye a mejorar la relación con las partes interesadas y la transparencia de la compañía.

¿Cuáles son los aspectos más críticos del análisis?

El aspecto más crítico del análisis es, sin lugar a duda, la definición de su alcance. La materialidad es un concepto relativo que depende mucho del contexto por lo que, en el caso de las grandes empresas y de las multinacionales, los temas materiales pueden variar significativamente de un país a otro. Incluso, puede que sea difícil identificar una matriz de materialidad única, aunque haya muchos aspectos comunes entre las distintas filiales.

En segundo lugar, la participación de los grupos de interés requiere de tiempo y recursos.  Involucrar a los grupos de interés – sobre todo los externos – puede parecer una tarea titánica, por lo que muchas empresas caen en la tentación de dejarles a un lado y de crear una matriz de materialidad con el mero objetivo de cumplir con las obligaciones de reporting.  

Sin lugar a duda, la riqueza que añade la participación de los principales grupos de interés a la calidad del análisis compensa, con creces, el esfuerzo.  

En tercer lugar, la gerencia de la empresa debe de estar involucrada. Una vez reconocida la naturaleza estratégica y transversal de la materialidad, la responsabilidad del análisis no puede recaer sólo en el Departamento de Sostenibilidad, sino que requiere de la involucración de todas las áreas de la compañía y debe estar embebida del compromiso, visión y validación de la gerencia.

En cuarto lugar, la priorización de los asuntos materiales es clave. Las empresas que hayan realizado varias evaluaciones de materialidad saben que los temas materiales crecen a medida que surgen nuevas prioridades, normativas o tendencias.

Tanto para la gestión como para que el reporting sobre el impacto generado sea de fácil comprensión, y por ende añada valor a las partes interesadas, la priorización de los asuntos materiales juega un papel clave.   

Por último, la materialidad es un concepto variable. La materialidad es un concepto variable en el tiempo. por lo que si bien no existe una norma comúnmente aceptada sobre la frecuencia con la que se debería realizar el análisis, merece la pena llevarlo a cabo con cierta regularidad.

Por experiencia directa sabemos que no hay una única manera de realizar un análisis de la materialidad, pero si te ha parecido interesante y quieres saber más sobre la metodología que hemos desarrollado para llevar a cabo una evaluación de materialidad, no dudes en ponerte en contacto con nosotros en info@transcendent.es o consultar nuestro blog.