Medición del Impacto Empresarial como herramienta de gestión

La medición del impacto

Las empresas son actores clave en la sociedad actual. Muchos de los grandes avances del mundo han venido de la mano del sector privado. Michael Porter, en su estudio sobre shared value, muestra muchos ejemplos de cómo las empresas han impulsado el desarrollo social.

El primer programa a gran escala para diagnosticar y tratar el VIH fue implantado por una compañía angloamericana para proteger a sus trabajadores en Sudáfrica, según Mark R. Kramer y Marc W. Pfitzer en su artículo El ecosistema del valor compartido publicado en Harvard Business Review. MasterCard es otro gran ejemplo, al haber conseguido implantar la banca en el móvil facilitando el acceso a servicios financieros a 200 millones de personas en el mundo. Y el caso más reciente que tenemos ha sido la vacuna contra la COVID, que ha sido desarrollada y distribuida gracias, en gran parte, a los esfuerzos de la industria farmacéutica. 

En Transcendent entendemos que las empresas son agentes de cambio y que, aquéllas que consigan posicionarse en la zona entre el valor para el negocio y el valor para la sociedad, son las que conseguirán una ventaja competitiva. 

Ser agente de cambio quiere decir jugar un papel clave en la transformación de la sociedad, impulsando un crecimiento económico, social y medioambiental sostenible. Para ello es imprescindible conocer los impactos que genera la empresa en la sociedad, gestionarlos y medirlos para, como fin último, maximizar los positivos y minimizar los negativos. 

Para poder conocer, gestionar y medir los impactos necesitamos información. La información, las métricas y los datos son la base de toda decisión empresarial. Es impensable que una compañía acometa una inversión sin haber hecho antes un análisis financiero, o que lance un nuevo producto al mercado sin entender las necesidades de los consumidores. 

La mayoría de las empresas conocen, de una manera intuitiva, los impactos que generan en el medioambiente y en la sociedad. No obstante, todavía son muy pocas las que apuestan por cuantificarlos. En cualquier caso, antes de comenzar a explorar la medición de impacto, debemos entender muy bien qué es el impacto empresarial y cómo lo entendemos. 

¿Qué es el impacto empresarial?

El Impacto lo vemos desde una perspectiva de cadena de valor, en la que las compañías tienen una serie de inputs que transforman, a través de actividades, en outputs. Estos outputs son el resultado “tangible” de la actividad empresarial. Por ejemplo, para una empresa de infraestructura que construye carreteras, un ejemplo de input sería la materia prima utilizada para construirla y el output sería la carretera. 

Estos outputs generan “Outcomes” y, más a largo plazo, “Impactos”.  Los outcomes son los cambios específicos que generan los productos o servicios de una empresa en el comportamiento de sus clientes o usuarios, y los impactos, son la atribución de cambios fundamentales, intencionados o no, que ocurren en organizaciones o comunidades a largo plazo.  

Siguiendo con el ejemplo de la empresa de construcción de carreteras, el “outcome” sería facilitar el acceso a la Universidad a jóvenes de una pequeña ciudad, que gracias a la carretera (“output”), pueden llegar más fácilmente a la Universidad. El “impacto” es positivo, y podría ser el incremento en un porcentaje de la tasa de estudiantes con educación superior en el área en el que opera la carretera. 

¿Por qué medir el impacto empresarial?

Cada vez son más stakeholders los que demandan a las empresas tener retornos financieros positivos al mismo tiempo que generar un impacto positivo en la sociedad: 

·       Los inversores favorecen, cada vez más, a empresas comprometidas con la sostenibilidad (inversión ESG, inversión socialmente responsable…). 

·       Los reguladores, entre los que está la Administración española y la Unión Europea, exigen a las empresas publicar los estados de información no financiera. 

·       Los clientes y la sociedad prefieren consumir en empresas con propósito que estén alineadas a sus creencias y valores. 

·       Los empleados prefieren trabajar en empresas socialmente responsables y con respeto por el medioambiente. 

En este contexto, conocer y medir el impacto empresarial es una oportunidad para que las compañías se posicionen, diferencien y pongan el valor el efecto positivo generado en la sociedad de cara a inversores, reguladores, usuarios, accionistas y otros stakeholders. 

La medición del impacto empresarial

Los impactos son difíciles de cuantificar y medir, por eso no existe un consenso global sobre cómo medirlos, evaluarlos y reportarlos. 

Existe una amplia gama de metodologías para medir y gestionar el impacto dependiendo de dónde se busca poner el foco. Destacan entre otras GIIN, BLab, GRI, GSG, la OECD o el WBA. Varias forman parte de Impact Management Project (IMP), organización de la que somos aliados, y también están en el Impact Management Platform de reciente creación.

En Transcendent hemos desarrollado una metodología de medición de impacto basada en el IMP que permite cuantificar los impactos, positivos y negativos, y su posterior seguimiento y monitorización. 

Nuestra experiencia midiendo el impacto de grandes compañías es siempre muy positiva ya que los directivos adquieren información relevante para tomar decisiones con ella. Una tendencia que no para de crecer.   

Parece, por tanto, que la medición de impacto es el camino. Porque cuantificar los impactos permite a las compañías conocer, gestionar y tomar decisiones acordes con el propósito de las empresas, para que éstas puedan ser agente de cambio positivo en la sociedad. ¡Descubre más sobre la medición del impacto en nuestro blog!

¿Qué es y cómo activar el Propósito en una empresa?

Propósito empresarial frase

Sin duda nos encontramos en la era del propósito. En la era en la que propósito y resultados financieros no están encontrados sino que al contrario, el propósito es el camino para obtener mejores resultados financieros. Está demostrado que aquellas empresas que se focalizan en los empleados, clientes, comunidades y medioambiente tienen un mejor retorno para sus accionistas. Entonces, ¿qué es y cómo podemos activar el propósito en una empresa?

¿Qué es el propósito de una empresa?

Es compromiso auténtico. Cuando hablamos de propósito vamos mucho más allá de una frase inspiradora, un claim de marketing o un titular en una nota de prensa. Cuando hablamos de propósito estamos hablando de un compromiso que tiene que ser auténtico.

Crea valor

El propósito es la razón de ser de una empresa. Aquello que ayuda a resolver un problema social y medioambiental a la vez que crea valor financiero para la propia empresa.

Valor diferencial

Está intrínsecamente vinculado a aquello que la empresa hace de manera diferencial focalizándose en el “para qué”, diferenciándose de la misión (el qué), la visión (hasta dónde) y los valores (cómo).

La clave es su activación, no su definición

Para que el propósito sea una verdadera palanca para la mejora del desempeño financiero, la clave no está en su definición sino en su activación.  Cómo la empresa es capaz de incorporar ese propósito en su estrategia de negocio, en sus productos y servicios, en su cultura, en sus procesos, en la relación con sus proveedores y las comunidades donde está presente.

Ha de ser activado por el líder

Y es aquí donde está el vínculo entre el propósito con el liderazgo. Un buen líder es fundamental para que el propósito evolucione de una frase a la acción y a integrarse en el corazón de una empresa.

Requiere medición

Ese líder debe en primer lugar entender la oportunidad de “profesionalizar” ese propósito y de actuar con convicción y valentía para su puesta en marcha y activación en la compañía. Y como parte de esa profesionalización es clave la medición.

el propósito en una empresa

Liderazgo con propósito en el caso Unilever

Un ejemplo claro de liderazgo con propósito es el de Paul Polman, CEO de Unilever durante 10 años. Polman inició el camino de transformación de la compañía con el plan Sustainable Living Brands.

En esta línea, y para lograrlo, Polman fue capaz de romper con las dinámicas internas de su empresa.  Tanto es así que en su primer día como CEO, y con el objetivo de huir del cortoplacismo, anunció que ya no emitiría guías ni informes trimestrales sobre acciones. A pesar de lo controvertido que pudo ser esta medida, al final de su mandato, Unilever generó una rentabilidad para sus accionistas del 290%.

El propósito todavía es un camino que tienen que recorrer muchas empresas, y no hay duda que en la era post COVID 19 el liderazgo con propósito será más importante que nunca.

El capitalismo basado en maximización de beneficios está roto

S2B VII Impact Forum

Esta transformación la tiene que liderar el CEO con el compromiso de toda la alta dirección de las empresas porque es una oportunidad de negocio y una ventaja competitiva.

Medir y gestionar el impacto bajo un modelo estándar que haga posible la transparencia, la gestión y la comparación entre empresas, son los grandes retos que tenemos por delante.

El encuentro entre José María Álvarez-Pallete, presidente ejecutivo de Telefónica, y Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, con sir Ronald Cohen, presidente del  Global Steering Group for Impact Investment (GSG), que impulsa una nueva economía de impacto, en una mesa moderada por María Herrero, partner de Transcendent, sirvió para debatir sobre la necesidad de rediseñar un nuevo capitalismo, que pivote en torno al impacto social.

El debate, que ha tenido lugar en el marco del VII Ship2B Impact Forum, puso de manifiesto que es necesario redefinir el capitalismo porque el sistema enfocado solamente en la maximización del beneficio para el accionista que ha perdurado hasta hoy, está roto. Durante el debate se incidió sobre la importancia estratégica del impacto, que supone una oportunidad y una ventaja competitiva que mejora la cuenta de resultados de las empresas por su incidencia directa en la financiación y en los costes económicos y de reputación de las mismas. De esta manera no sólo maximiza el impacto positivo sino que se limita el impacto negativo en la vida de las personas y los recursos del planeta.

Durante sus intervenciones todos coincidieron en señalar que “el momento del impacto ha llegado” y que esta transformación hacia un capitalismo 2.0, basada en el propósito social de la empresa y en el impacto social no es algo meramente recomendable sino que es ya imprescindible.  De igual forma, apuntaron a la necesidad de que sean los CEOs y la alta dirección de las empresas los que lideren esta transformación y lo aterricen en el plan estratégico llegando así a todas las capas de la empresa.

De hecho, en compañías como Telefónica o CaixaBank es algo en lo que ya están trabajando, según explicaron sus máximos responsables. Con bonus a sus directivos ligados al logro de variables de sostenibilidad e impacto social, impulsando la inversión de impacto y también la financiación a emprendedores sociales, movilizando activos, conectando millones de vidas a través de redes de fibra óptica más limpias y menos contaminantes y, sobre todo, transmitiendo a toda la organización la necesidad de generar, medir y gestionar el impacto en sus operaciones, productos y servicios.

Un proceso de transformación organizacional y de mentalidad transversal que, además, se ha visto acelerado por la pandemia del coronavirus, que ha puesto a las personas más que nunca en el centro de las decisiones financieras y empresariales.

Por delante quedan grandes retos como es el de medir y gestionar el impacto en KPIs concretos porque “lo que no se mide no se puede gestionar”, aseguraron. Es la era de la transparencia del impacto.

Por ello, y según María Herrero, partner de Transcendent, hay que “integrar el chip del impacto y del propósito social en el propio modelo empresarial y adoptar modelos de negocio que incluyan el impacto positivo en sus productos y servicios, de manera que cuanto más exitosa sea la empresa en sus ventas más impacto tenga”.

Sir Ronald Cohen recordó durante la charla lo que refleja en su nuevo libro Impact Driving Real Change: “Ésta es la revolución del impacto y cada uno de nosotros tiene un papel como consumidores, empleados, ahorradores, empleadores, inversores… Todos somos y hemos de formar parte de un nuevo capitalismo 2.0 de crecimiento y prosperidad compartida donde no se deje a nadie atrás”.

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