Transcendent, con Ucrania

Ucrania bandera

No somos una empresa grande y solos no vamos a cambiar el mundo ni la situación actual. Pero eso no impide que intentemos hacer las cosas bien, mejorar cada día y tratar de generar un impacto positivo en la sociedad.

La realidad de Ucrania nos conmueve profundamente y creemos que no nos podemos quedar con los brazos cruzados ni mirar hacia otro lado. Por eso, desde el 1 de marzo hemos decidido donar un 1% de nuestra facturación a ACNUR, la Agencia de la ONU para los refugiados, con el objetivo de contribuir a ayudar a las más de 2 millones de personas obligadas a dejar sus casas y a huir a países vecinos desde el comienzo del conflicto.

¿Qué es la materialidad y cómo afecta a las empresas?

Campo trigo

Ahora que la sostenibilidad se ha convertido en una prioridad indiscutible y que cada vez más empresas definen sus estrategias para gestionarla, con más frecuencia, oímos hablar de la materialidad.

Pero, ¿Qué es la materialidad? ¿Cuál es su vínculo con las estrategias de sostenibilidad? ¿Por qué se habla tanto de ella?

Si aún no estás familiarizado con este término, no sabes para qué sirve exactamente ni cómo se lleva a cabo un análisis de materialidad, este artículo es para ti.

Empecemos por el principio, es decir, definiendo qué es la materialidad.

Cuando hablamos de materialidad nos referimos a todos los aspectos ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) que tienen un impacto sustancial, positivo o negativo, en la rentabilidad de la empresa y en sus grupos de interés.

La materialidad debería ser el fundamento de toda estrategia de sostenibilidad rigurosa y, por lo tanto, los temas materiales son aquéllos que merecen ser adecuadamente gestionados, y, en los casos en los que aplique, reportados.

Aunque dependiendo de su alcance, el análisis en sí tiene cierto nivel de complejidad, no debemos ver la materialidad como un ejercicio para pocos, relevante sólo para las multinacionales, para un sector determinado o para las empresas que tienen la obligación de publicar el estado de información no financiera.

La materialidad es una herramienta estratégica que facilita la toma de decisiones, por lo que toda empresa que quiera preservar su competitividad y que esté interesada en crear valor para la sociedad, independientemente de su tamaño o del sector en el que opere, debería llevar a cabo un análisis de materialidad con cierta regularidad.

¿Cuáles son los principales beneficios del análisis de materialidad?

Ahora que ya sabemos que la materialidad es un concepto clave, tanto para el reporting como para la gestión de la sostenibilidad, el siguiente paso es entender cuáles son los beneficios de llevar a cabo un análisis de este tipo.

Los principales se pueden resumir en tres puntos:

1.Priorizar y enfocar la estrategia

La materialidad proporciona información valiosa que permite identificar cuestiones que requieren seguimiento, minimizar riesgos y reorientar la estrategia priorizando los temas de mayor impacto en el negocio y que sean más relevantes para las partes interesadas. Todo ello, contribuye a maximizar la asignación de los recursos y a minimizar esfuerzos.

2.Anticipar tendencias y mejorar de la competitividad

A través del análisis, la empresa puede detectar las tendencias emergentes y las mejores prácticas del sector por lo que la materialidad constituye un recurso crítico para la mejora de la competitividad. Los temas materiales, adecuadamente gestionados, constituyen las palancas para crear valor de largo plazo para la sociedad por lo que deberían influenciar las decisiones acerca de la oferta de productos y servicios y, además, servir de guía en la definición de una propuesta de valor diferencial respecto a la competencia.

3. Impulsar la transparencia y el diálogo con los grupos de interés

El análisis de materialidad ofrece la oportunidad de establecer un diálogo con los principales grupos de interés, de identificar los temas que más les preocupan y sobre los que la empresa deberá rendir cuentas. Por ende, la materialidad contribuye a mejorar la relación con las partes interesadas y la transparencia de la compañía.

¿Cuáles son los aspectos más críticos del análisis?

El aspecto más crítico del análisis es, sin lugar a duda, la definición de su alcance. La materialidad es un concepto relativo que depende mucho del contexto por lo que, en el caso de las grandes empresas y de las multinacionales, los temas materiales pueden variar significativamente de un país a otro. Incluso, puede que sea difícil identificar una matriz de materialidad única, aunque haya muchos aspectos comunes entre las distintas filiales.

En segundo lugar, la participación de los grupos de interés requiere de tiempo y recursos.  Involucrar a los grupos de interés – sobre todo los externos – puede parecer una tarea titánica, por lo que muchas empresas caen en la tentación de dejarles a un lado y de crear una matriz de materialidad con el mero objetivo de cumplir con las obligaciones de reporting.  

Sin lugar a duda, la riqueza que añade la participación de los principales grupos de interés a la calidad del análisis compensa, con creces, el esfuerzo.  

En tercer lugar, la gerencia de la empresa debe de estar involucrada. Una vez reconocida la naturaleza estratégica y transversal de la materialidad, la responsabilidad del análisis no puede recaer sólo en el Departamento de Sostenibilidad, sino que requiere de la involucración de todas las áreas de la compañía y debe estar embebida del compromiso, visión y validación de la gerencia.

En cuarto lugar, la priorización de los asuntos materiales es clave. Las empresas que hayan realizado varias evaluaciones de materialidad saben que los temas materiales crecen a medida que surgen nuevas prioridades, normativas o tendencias.

Tanto para la gestión como para que el reporting sobre el impacto generado sea de fácil comprensión, y por ende añada valor a las partes interesadas, la priorización de los asuntos materiales juega un papel clave.   

Por último, la materialidad es un concepto variable. La materialidad es un concepto variable en el tiempo. por lo que si bien no existe una norma comúnmente aceptada sobre la frecuencia con la que se debería realizar el análisis, merece la pena llevarlo a cabo con cierta regularidad.

Por experiencia directa sabemos que no hay una única manera de realizar un análisis de la materialidad, pero si te ha parecido interesante y quieres saber más sobre la metodología que hemos desarrollado para llevar a cabo una evaluación de materialidad, no dudes en ponerte en contacto con nosotros en info@transcendent.es o consultar nuestro blog.

B CORP Way, Consultoras europeas de Sostenibilidad e Impacto

Certificado Bcorp empresas

Transcendent ha pasado a formar parte de esta comunidad de consultoras europeas que asesoran a las empresas en su transformación hacia la sostenibilidad.

Las empresas cada vez más buscan generar impacto positivo no sólo para sus accionistas o desde el punto de vista financiero sino generar impacto con lo que hacen en su entorno, en el medio ambiente y en la sociedad. Pero, ¿cómo empezar? ¿Cómo trazar un mapa de ese viaje? ¿Qué cambios marcarán la mayor diferencia? ¿De quién pueden aprender para lograr un cambio duradero?

The B Corp Way tiene algunas respuestas.

Esta comunidad formada por 44 consultoras europeas certificadas B Corp de 15 países que ofrecen sus servicios en 17 idiomas, a la que Transcendent acaba de adherirse, pone en contacto a las empresas que buscan mejorar su impacto con consultores certificados B Corp. Estas firmas prestan servicios de consultoría estratégica de sostenibilidad, y les acompañan en su proceso de transformación y de medición del impacto.

Esta iniciativa surgida en Europa prevé extenderse también a América Latina y Estados Unidos.

¿Qué es B Corp? Es un sello de excelencia social, medioambiental y de gobernanza que obtienen las empresas que son certificadas con este sello. En Europa se acaban de superar las 500 B Corps y se estima que la tasa de crecimiento de nuevas certificaciones supere el 30%.

Sabemos que transformar la operativa y el enfoque de una empresa lleva tiempo, y requiere de compromiso y altas dosis de audacia. Las empresas que atraviesan este proceso necesitan apoyo. Hojas de ruta, liderazgo, ejemplos y, a veces, colaboración con otras empresas. Esto es lo que ofrece el programa B Corp Way.

Pero ¿qué tipo de servicios se pueden encontrar en B Corp Way?

Desde cómo utilizar la Evaluación de Impacto B para medir el impacto actual de la empresa y mapear el camino hacia la mejora y la posible certificación de B Corp, a cómo ser una empresa con cero emisiones, cómo utilizar los ODS y la herramienta de B Lab para crear un cambio de comportamiento para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, cómo abordar la transformación sostenible de una empresa, cómo implementar los principios B Corp en los órganos de gobierno de la compañía o cómo utilizar el marketing y la comunicación para compartir de manera eficaz el compromiso de la empresa con los principios de excelencia social y medioambiental, son algunos de los servicios que se prestan.

B Corp Way, la plataforma de consultoras B Corp europeas que asesora a empresas en sostenibilidad.

¿Por qué ahora?

Detrás de esta iniciativa está la convicción por parte de numerosos líderes empresariales de que las empresas sólo sobrevivirán si innovan y se centran en mejorar el planeta y su entorno con lo que hacen.

La demanda por parte de la sociedad y del mercado a las empresas, especialmente a las grandes, para que actúen y contribuyan a minimizar la crisis climática y las desigualdades es un proceso irreversible.

No se trata sólo de lograr un mayor impacto positivo, sino también de reducir drásticamente el impacto negativo de una empresa. En este proceso, el conocimiento, el asesoramiento y la consultoría estratégica y de procesos son factores claves para avanzar en la buena dirección.

Nuestra próxima generación de líderes necesita tomar decisiones basándose en parámetros e indicadores ESG bajo los principios de equidad y de respeto al medioambiente y a la sociedad. Con el tiempo, esta transformación pasará del ámbito de la empresa al ámbito sectorial, creando de esa manera un cambio sistémico en nuestra economía.

En Transcendent estamos muy orgullosos de haber sido seleccionados por B Lab Europe como socios de este selecto club y estamos plenamente comprometidos en formar parte de este cambio y de ayudar y asesorar a las empresas españolas y europeas a llevar a cabo ese viaje al impacto, tan necesario como apasionante.

Medición del Impacto Empresarial como herramienta de gestión

La medición del impacto

Las empresas son actores clave en la sociedad actual. Muchos de los grandes avances del mundo han venido de la mano del sector privado. Michael Porter, en su estudio sobre shared value, muestra muchos ejemplos de cómo las empresas han impulsado el desarrollo social.

El primer programa a gran escala para diagnosticar y tratar el VIH fue implantado por una compañía angloamericana para proteger a sus trabajadores en Sudáfrica, según Mark R. Kramer y Marc W. Pfitzer en su artículo El ecosistema del valor compartido publicado en Harvard Business Review. MasterCard es otro gran ejemplo, al haber conseguido implantar la banca en el móvil facilitando el acceso a servicios financieros a 200 millones de personas en el mundo. Y el caso más reciente que tenemos ha sido la vacuna contra la COVID, que ha sido desarrollada y distribuida gracias, en gran parte, a los esfuerzos de la industria farmacéutica. 

En Transcendent entendemos que las empresas son agentes de cambio y que, aquéllas que consigan posicionarse en la zona entre el valor para el negocio y el valor para la sociedad, son las que conseguirán una ventaja competitiva. 

Ser agente de cambio quiere decir jugar un papel clave en la transformación de la sociedad, impulsando un crecimiento económico, social y medioambiental sostenible. Para ello es imprescindible conocer los impactos que genera la empresa en la sociedad, gestionarlos y medirlos para, como fin último, maximizar los positivos y minimizar los negativos. 

Para poder conocer, gestionar y medir los impactos necesitamos información. La información, las métricas y los datos son la base de toda decisión empresarial. Es impensable que una compañía acometa una inversión sin haber hecho antes un análisis financiero, o que lance un nuevo producto al mercado sin entender las necesidades de los consumidores. 

La mayoría de las empresas conocen, de una manera intuitiva, los impactos que generan en el medioambiente y en la sociedad. No obstante, todavía son muy pocas las que apuestan por cuantificarlos. En cualquier caso, antes de comenzar a explorar la medición de impacto, debemos entender muy bien qué es el impacto empresarial y cómo lo entendemos. 

¿Qué es el impacto empresarial?

El Impacto lo vemos desde una perspectiva de cadena de valor, en la que las compañías tienen una serie de inputs que transforman, a través de actividades, en outputs. Estos outputs son el resultado “tangible” de la actividad empresarial. Por ejemplo, para una empresa de infraestructura que construye carreteras, un ejemplo de input sería la materia prima utilizada para construirla y el output sería la carretera. 

Estos outputs generan “Outcomes” y, más a largo plazo, “Impactos”.  Los outcomes son los cambios específicos que generan los productos o servicios de una empresa en el comportamiento de sus clientes o usuarios, y los impactos, son la atribución de cambios fundamentales, intencionados o no, que ocurren en organizaciones o comunidades a largo plazo.  

Siguiendo con el ejemplo de la empresa de construcción de carreteras, el “outcome” sería facilitar el acceso a la Universidad a jóvenes de una pequeña ciudad, que gracias a la carretera (“output”), pueden llegar más fácilmente a la Universidad. El “impacto” es positivo, y podría ser el incremento en un porcentaje de la tasa de estudiantes con educación superior en el área en el que opera la carretera. 

¿Por qué medir el impacto empresarial?

Cada vez son más stakeholders los que demandan a las empresas tener retornos financieros positivos al mismo tiempo que generar un impacto positivo en la sociedad: 

·       Los inversores favorecen, cada vez más, a empresas comprometidas con la sostenibilidad (inversión ESG, inversión socialmente responsable…). 

·       Los reguladores, entre los que está la Administración española y la Unión Europea, exigen a las empresas publicar los estados de información no financiera. 

·       Los clientes y la sociedad prefieren consumir en empresas con propósito que estén alineadas a sus creencias y valores. 

·       Los empleados prefieren trabajar en empresas socialmente responsables y con respeto por el medioambiente. 

En este contexto, conocer y medir el impacto empresarial es una oportunidad para que las compañías se posicionen, diferencien y pongan el valor el efecto positivo generado en la sociedad de cara a inversores, reguladores, usuarios, accionistas y otros stakeholders. 

La medición del impacto empresarial

Los impactos son difíciles de cuantificar y medir, por eso no existe un consenso global sobre cómo medirlos, evaluarlos y reportarlos. 

Existe una amplia gama de metodologías para medir y gestionar el impacto dependiendo de dónde se busca poner el foco. Destacan entre otras GIIN, BLab, GRI, GSG, la OECD o el WBA. Varias forman parte de Impact Management Project (IMP), organización de la que somos aliados, y también están en el Impact Management Platform de reciente creación.

En Transcendent hemos desarrollado una metodología de medición de impacto basada en el IMP que permite cuantificar los impactos, positivos y negativos, y su posterior seguimiento y monitorización. 

Nuestra experiencia midiendo el impacto de grandes compañías es siempre muy positiva ya que los directivos adquieren información relevante para tomar decisiones con ella. Una tendencia que no para de crecer.   

Parece, por tanto, que la medición de impacto es el camino. Porque cuantificar los impactos permite a las compañías conocer, gestionar y tomar decisiones acordes con el propósito de las empresas, para que éstas puedan ser agente de cambio positivo en la sociedad. ¡Descubre más sobre la medición del impacto en nuestro blog!

Las 23 empresas españolas que lideran el mundo

Empresas españolas del cambio

Lo queramos o no nuestra empresa influye y contribuye de manera positiva (o negativa) a un mundo mejor. Lo queramos o no, nos pueden señalar para formar parte de un club que no hemos elegido estar por la razón justificada o no de que nuestra empresa se considera líder y/o ejemplarizante para las demás por motivos de distinta índole, siguiendo criterios de volumen de facturación o por número de empleados, tal vez por el sector en el que operamos o la comunidad a la que nos dirigimos, por nuestro tipo de producto o base de clientes o tal vez por la importante influencia de nuestra marca… 

Sea como sea, las empresas dejamos nuestra huella en el mundo.  Pero, ¿cuáles son las que dejan una huella para un mundo mejor? Y ¿qué es o cómo definimos un mundo mejor? 

Un mundo mejor lo define Naciones Unidas de forma tal vez simplista, pero acertada sin duda, como aquél en el que el crecimiento económico es sostenible, responsable y respetuoso con el planeta contribuyendo a la mejora de vida de las personas y que no deje a nadie atrás. 

Dicho objetivo está recogido en los de sobra conocidos 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible recogidos en la Agenda 2030 de Naciones Unidas, que vieron la luz en el año 2015. Por aquel entonces quedaban 15 años que se hacían largos para algunos y cortos para muchos, y que hoy a 9 años vista se nos hacen agobiantemente cortos para los grandes retos de la humanidad reflejados cada día en las noticias que nos llegan: desde un niño que muere en las playas de nuestras costas, hombres y mujeres congelados de frío en la frontera de Polonia y Bielorusia, mujeres sin derecho a trabajar, niñas que no pueden ir al colegio o padres con su hijo a hombros cruzando ríos donde se juegan la vida con la esperanza de un futuro mejor… 

Sólo las empresas pueden liderar el cambio 

De golpe y porrazo, y agravado por la pandemia del coronavirus, las encuestas demuestran que las empresas se perciben como los líderes del cambio y, por tanto, como la esperanza para lograr dichos objetivos.  

Ni gobiernos ni ONGs tienen los recursos para invertir los 90.000 millones de euros que se necesitan para alcanzarlos. Y seamos sinceros no son éstos los que generan el mayor impacto sobre las personas y el planeta. Son las empresas. 

Del mismo golpe y porrazo que llegó el Covid, en el año 2018 se crea el WBA, una entidad sin animo de lucro inspirada en los valores de Naciones Unidas. Si la esperanza de la sociedad está en las empresas son ellas las que se deberían convertir en el motor del cambio y la transformación que necesitamos. Y había que hacer algo. Si ellas son el motor ¿dónde está el combustible para ponerlo en marcha y que lo impulse para llegar en forma y a tiempo a buen puerto?  

The World Benchmarking Alliance (WBA): The Race to the Top

Este combustible es el WBA. El WBA es una fundación que nace en Holanda (país por excelencia pionero y referente en sostenibilidad e impacto) con el apoyo del gobierno holandés y de 20 entidades globales repartidas por todo el mundo dispuestas y unidas en torno a una misión: impulsar la carrera del sector privado hacia los ODS.  

El ranking de las 2000 empresas que lideran el mundo 

El primer hito no era fácil: elegir a las 2000 empresas más influyentes del mundo capaces de contribuir más a los Objetivos del Milenio. Enviar una carta a sus CEOs informando de que iban a formar parte de un Ranking Mundial que el mundo entero, consumidores, inversores, gobiernos, ciudadanos de a pie, conocería los resultados a través de una gran campaña en los medios y redes sociales a nivel mundial y pedir su colaboración en el proceso.  

El segundo hito, resultado de un estudio profundo y riguroso fue identificar los 7 índices o benchmarks, que responden a los 7 elementos transformadores que necesita nuestro sistema para ser responsable y sostenible. La transformación social (derechos humanos y Genero) que afecta a las 2000 empresas, y otros seis elementos o transformaciones donde las empresas podrán ser valoradas en 1 o varios, según la materialidad del impacto que genera su negocio. Estos son: naturaleza y biodiversidad; urbano o ciudades inteligentes; agricultura y nutrición; energía y descarbonización; inclusión digital y financiero. 

Quedaba un tercer hito, que no por ser el último iba a ser más fácil. Generar una hoja de ruta que marcase el camino ofreciendo herramientas y apoyo a las empresas para pasar a la acción. ¿El viaje? transformando y ajustando su modelo de negocio para ser generador de valor económico, social y medioambiental medible y gestionable que contribuya a uno o varios objetivos de desarrollo.  En definitiva, contribuyendo con soluciones innovadoras para que la generación de bienes y servicios de las empresas tuvieran un sentido más profundo que el mero hecho de producirlos, venderlos y consumirlos. 

Benchmarking for a Better World

Ser una empresa del WBA no se elige 

A esas 2000 empresas nadie las preguntó si querían formar parte de este ranking. Por eso, para motivarlas a que colaborasen y se involucraran, el WBA puso a su disposición sus metodologías, herramientas y hojas de ruta para lograr dos objetivos: la Agenda 2030 y una economía neutra en carbono. ¿El incentivo? liderar las primeras posiciones del Ranking Mundial y ser percibidas como la mejor empresa para un mundo mejor. 

Las 23 empresas españolas que lideran el mundo 

Pues bien, de esas 2000 empresas, 23 son españolas. De sobra conocidos por todos, el listado lo conforman Acciona, ACS, CaixaBank, Telefónica, Banco Santander, BBVA, El Corte Inglés, Mercadona, Inditex, Cepsa, Iberdrola, Nueva Pescanova, Indra, Naturgy, Ebro Foods, FCC, Ferrovial, Grupo Logística, Meliá, Renfe, Repsol, Siemens Gamesa y Urbaser.   

Las 23 empresas que lideran el mundo
Las 23 empresas españolas en el ranking del WBA

Y de golpe y porrazo, estas 23 empresas españolas de diferente tamaño, sector y capitalización bursátil…. forman parte de ese club de compañías que lideran el mundo.  Y lideran el mundo porque el WBA, constituido hoy como una alianza de más de 250 entidades a nivel mundial, las ha señalado como las más influyentes, no para decirles lo que tienen que hacer, sino para acompañarlas en el camino, ofreciendo luz y siendo guía en el apasionante viaje que supone lograr y contribuir de manera decisiva a los Objetivos del Milenio creando un mundo que no deje a nadie atrás. 

2023: Fecha de Publicación del primer Ranking Mundial 

La publicación de los índices y el esfuerzo de transformación de las 2000 empresas se harán públicas en el segundo semestre de 2023. Sólo nos quedan meses. Gobiernos, proveedores, inversores, empleados, consumidores y el ciudadano de a pie tendrá la posibilidad de conocer el Ranking Mundial de las empresas más sostenibles y comprometidas con el bien común.  

Para dar a conocer el proyecto del WBA, el Impact Forum -evento de referencia de impacto en España liderado por la Fundación Ship2B – organizó una sesión donde junto con Victoria Márquez-Mees, miembro destacado del patronato del WBA, desvelamos la oportunidad que el WBA supone para las 23 empresas españolas elegidas en el Ranking. 

Nuestro deseo desde Transcendent es que las empresas españolas lideren las primeras posiciones del Ranking. Algunas compañías como Telefónica han logrado estar en la primera posición del ranking en Inclusión Digital. Como aliados y socios del WBA queremos que las 23 empresas españolas lideren el Ranking del WBA, demostrando así su compromiso con la sostenibilidad y los ODS y que muchas otras empresas, al ver su ejemplo, esfuerzo y éxito, sigan su legado. 

Lo queramos o no nuestra empresa influye y contribuye de manera positiva a un mundo mejor…  éste es nuestro propósito y nuestra razón de ser en Transcendent. Ayudar a las empresas a transcender y dejar su huella en la sociedad a la que sirven y ¿por qué no? Liderar el Ranking Mundial de las empresas mas comprometidas con las personas y el planeta. 

Los retos pendientes tras la Cumbre del Clima

La Cumbre del Clima

Aunque se esperaba más de esta cumbre del clima, como ha dicho Melissa Fleming, Sub-Secretaria General de Comunicación para las Naciones Unidas, “todavía hay esperanza”. 

El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) señala que, a menos que las emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan de manera inmediata, rápida y a gran escala, limitar el calentamiento a 1,5ºC por encima de los niveles preindustriales como fijado en el Acuerdo de París hace seis años, será un objetivo inalcanzable. Eso es lo que se buscaba conseguir en esta cumbre y a pesar de la tibieza o la falta total de compromiso por parte de algunos Estados se han logrado avances. 

Acuerdos adoptados en la Cumbre del Clima

La Cumbre del Clima en Glasgow ha traído consigo algunos acuerdos que son un reflejo de la creciente toma de conciencia de la necesidad urgente de dar un paso adelante para evitar el desastre medioambiental.

Estos son algunos de los compromisos a los que se han llegado a la Cumbre del Clima:

  • Acuerdo bilateral entre Estados Unidos y China para colaborar en la reducción de emisiones de CO2 y de metano, así como en la lucha contra la desforestación ilegal.
  • Más de 100 países, incluyendo EEUU y los de la Unión Europea, pactan reducir un 30% las emisiones de metano antes de 2030. China se ha negado a secundarlo porque dice tener su propio plan.
  • Acuerdo entre más de 20 países, incluyendo Estados Unidos, Canadá, España e Italia, para acabar con la financiación pública y las subvenciones a los combustibles fósiles antes de finales de 2022. China, Japón y Corea del Sur no lo han firmado.
  • Acuerdo de 110 países para detener la desforestación en 2030.
  • Se crea la Junta de Normas Internacionales de Sostenibilidad, que permitirá a las empresas adoptar criterios armonizados y globales de información en materia medioambiental, social y de gobernanza.
  • Los países que representan el 90% del PIB mundial se han comprometido a la neutralidad de emisiones de carbono en 2050. China pospone el objetivo hasta 2060 e India hasta 2070.
  • Se crea la Alianza Más Allá del Petróleo y el Gas (BOGA, por sus siglas en inglés), que propone la eliminación progresiva de la producción de ambos combustibles, aunque de momento sólo tiene 12 miembros.

El escollo del precio de las emisiones

Sin embargo, estos avances contrastan con la falta de concreción en algunos temas clave. Es el caso, especialmente, de la llamada doble contabilidad en el mercado de carbono. 

Hoy existen en el mundo alrededor de 60 iniciativas distintas para poner precio al CO2. El problema es que sólo cubren en torno a un 20% de las emisiones totales del planeta y además su precio medio es demasiado bajo (unos 3 dólares por tonelada). 

El Fondo Monetario Internacional estimaba recientemente que el precio debería estar alrededor de los 75 dólares por tonelada, que en el mercado regulado europeo está alrededor de los 60 euros y que el gobierno norteamericano estimó el coste social del carbono en alrededor de 50 dólares por tonelada.

La fijación de un precio a las emisiones de CO2 es un eficiente camino para avanzar en la reducción de emisiones porque desincentiva las actividades intensivas en CO2 y fomenta que las empresas se muevan hacia la descarbonización.

Algunas compañías – algo más del 20% de las mayores del mundo – han fijado precios internos del carbono, lo que les permite tenerlo en cuenta para evaluar la idoneidad de sus proyectos y el impacto de las emisiones en sus cuentas. El problema es que las compañías fijan generalmente también un precio excesivamente bajo por tonelada, muy por detrás de su evolución previsible. Esto provoca que la información ofrecida por el precio interno no sea lo suficientemente clara.

Aunque en la Conferencia de las Partes 26 (COP) no se haya hablado mucho de ello, la fijación de un precio global al carbono terminará imponiéndose. Mientras lo hace, sería conveniente que las compañías españolas empezaran a preguntarse qué les pasaría a sus cuentas y a la rentabilidad de sus proyectos si tuvieran que pagar por el carbono. Porque más pronto que tarde lo terminarán haciendo.

En esta línea el Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, ha anunciado que más allá de los mecanismos establecidos en el Acuerdo de París, va a crear un Grupo de Expertos para proponer estándares claros de medición y análisis de los compromisos neto cero para cualquier organización que no sea un Estado.

China da un paso adelante

Uno de los hechos más relevantes que han salido de esta cumbre del clima ha sido, sin duda, la firma de la paz climática entre China y Estados Unidos. Los jefes de las delegaciones de ambas naciones presentaron una declaración conjunta en la que se comprometen a trabajar para acelerar durante esta década la lucha contra el cambio climático

Entre los puntos más destacados del pacto al que han llegado ambas potencias está el compromiso del país asiático de presentar durante el próximo año un plan integral de reducción de sus emisiones de metano, un potente gas de efecto invernadero responsable de alrededor del 25% del calentamiento actual.

El acuerdo es relevante porque ambos países acumulan cerca del 40% de las emisiones mundiales: China el 27% y Estados Unidos el 11%. Y sus compromisos para esta década son muy diferentes. EEUU, con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, se ha comprometido a reducir a prácticamente la mitad sus emisiones en 2030. China, sin embargo, de momento sólo mantiene el compromiso de alcanzar su pico de emisiones antes de 2030 y a partir de ese momento reducirlas. 

Irán y Brasil miran para otro lado

En el terreno geopolítico cabe destacar el posicionamiento -o la falta de ello- de algunos países. Es el caso de Brasil, cuyo presidente ha decidido no detener la deforestación de la Amazonia y rechaza el cambio climático desde el punto de vista científico; Irán, que es el sexto emisor del mundo y ni siquiera ha ratificado todavía el Acuerdo de París. O Australia, México y Turquía están también en una zona gris que no le correspondería. 

Balance de la Cumbre del Clima 

En definitiva, la cumbre del clima Glasgow se ha quedado corta en sus ambiciones por revitalizar la lucha contra el cambio climático. En todo caso, tan importante es conseguir acelerar e intensificar las políticas medioambientales como respetar los compromisos ya contraídos por los distintos países. 

Sir David Attenborough, en su discurso ante la COP26 en Glasgow

Según las proyecciones de la organización Climate Action Tracker, si se cumplen todos y cada uno de los objetivos anunciados (los obligatorios y los voluntarios, los de largo plazo y las llamadas contribuciones determinadas a nivel nacional, o NDC en inglés) la subida de la temperatura a finales de siglo podría limitarse a 1,8º centígrados, no lejos del objetivo de 1,5º fijado en el Acuerdo de París. Pero eso es ser, seguramente, demasiado optimista. El camino que queda es largo y difícil, y está por ver que el objetivo finalmente se cumpla.

¡Te contamos más en nuestra sección Stay Curious!

Qué es la sostenibilidad empresarial y cómo desarrollarla

Sostenibilidad empresarial

Durante las últimas décadas se ha tomado conciencia de la necesidad de cambiar el modelo económico actual hacia uno que incorpore la sostenibilidad en el centro garantizando un el equilibrio social y medioambiental. Por este motivo, el concepto de sostenibilidad empresarial se está convirtiendo en una de las líneas claves de negocio en pequeñas y grandes empresas. En este artículo te contamos qué es la sostenibilidad empresarial y algunas de sus claves. 

¿Qué es la sostenibilidad empresarial?

El concepto de sostenibilidad hace referencia a “equilibrio” y puede contemplarse desde distintos prismas: económico, social y medioambiental. 

Cuando hablamos de sostenibilidad empresarial nos referimos a la contribución de la empresa al desarrollo sostenible: su capacidad para satisfacer las necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras a satisfacer las suyas. 

Características de la sostenibilidad empresarial

Las empresas son uno de los grandes agentes de cambio de la sociedad. Como tales, tienen la responsabilidad de incorporar prácticas medioambientales y sociales en su actividad.  No obstante, existen distintos niveles a la hora de incorporar la sostenibilidad en las empresas:

  • Higiénico o mínimo: en este nivel se encuentran aquellas empresas cumplen con la legislación vigente, monitorizan su desempeño social y medioambiental y lo reportan convenientemente. 
  • Nivel estratégico: se corresponde con aquellas empresas que incorporan los aspectos de sostenibilidad en la toma de decisiones de la empresa. 

La sostenibilidad empresarial abarca a este último grupo de empresas que presentan las siguientes claves:

  1. Cuentan con una estrategia de sostenibilidad sólida que tiene en cuenta sus aspectos materiales y que, por tanto, son relevantes para la empresa. 
  2. A partir de dicha estrategia, se fijan objetivos medioambientales y sociales ambiciosos y trabajan para conseguirlos. 
  3. La sostenibilidad se integra en las distintas áreas de la compañía como un elemento de gestión más allá de la comunicación al exterior. 
  4. Los aspectos más relevantes de sostenibilidad se reportan en los máximos órganos de gobierno de la organización, tanto para realizar un seguimiento de su desempeño como para incorporarlos en sus decisiones. 

Para este tipo de empresas, la sostenibilidad se presenta como una oportunidad para la mejora de sus resultados de negocio, su posicionamiento y su permanencia en el largo plazo. 

¿Cómo desarrollar la sostenibilidad empresarial?

A la hora de trabajar estrategias de sostenibilidad en las empresas, es necesario establecer unos objetivos previos. Esto nos ayudará a concretar las acciones que posteriormente implementaremos en la organización. Una vez hayamos definido los objetivos, según las necesidades de la empresa, se podrán poner en marcha diferentes acciones. Estas son algunas de las estrategias más utilizadas:

  • Implicar a la alta dirección de la compañía
  • Incorporar los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) a su negocio y priorizando.
  • Realizar un análisis de materialidad para determinar cuáles son los aspectos más relevantes para el negocio de la empresa y sus grupos de interés y en los que por tanto se debe poner foco. 
  • Definir una estrategia de sostenibilidad sólida, rigurosa y alcanzable que marque la dirección en la que la empresa debe avanzar. 
  • Establecer objetivos propios para transformarlos en objetivos empresariales e integrarlos en la estrategia de la empresa.
  • Integrar los aspectos de sostenibilidad en las distintas áreas de la empresa, así como en la gobernanza de la compañía. 
  • Informar y comunicar al resto de la compañía, lo que facilitará el trabajo de divulgación de la información corporativa, el acceso a dicha información por las partes interesadas y el conocimiento general sobre el conjunto de prioridades compartidas.

Ventajas de aplicar la sostenibilidad en las empresas

La sostenibilidad empresarial se ha convertido en un activo estratégico para las empresas porque: 

  • Mejora la eficiencia en el uso de recursos, reduciendo costes para la empresa y el usuario final.
  • Genera nuevas fuentes de ingresos derivados de la economía circular, como puede ser la identificación de residuos que puedan ser utilizados por otras empresas como materias primas.
  • Participa en la cadena de valor de otras organizaciones (como proveedores y clientes), incluyendo las administraciones públicas, que han empezado a incluir cláusulas ambientales en sus procesos de compra y contratación y a desarrollar medidas para impulsaraa la industria hacia el desarrollo de productos cada vez más sostenibles y seguros para la salud.
  • Desarrolla productos y procesos innovadores de mayor calidad a través de la incorporación de la variable ambiental y social en el proceso de diseño, lo que los diferenciará de los de la competencia, posibilitará acceder a nuevos mercados, etc.
  • Mejora su reputación, lo que puede permitir conseguir más clientes y reducir el riesgo de perder los que tiene debido a una mala imagen de la empresa.
  • Puede convertirse en una mejora en el compromiso de los empleados, puesto que estarán contribuyendo en objetivos más allá del beneficio económico de la empresa.
  • Atrae inversión

El compromiso de las empresas españolas cada vez es mayor. La sostenibilidad en las empresas se ha convertido en un recurso clave estratégico y en una necesidad competitiva. Las organizaciones que operan de manera sostenible, son hoy en día más rentables y resilientes.

¡Descubre más sobre sostenibilidad empresarial en nuestro blog y cómo desarrollarla en tu estrategia de impacto social!

La burbuja ESG

Burbuja ESG naturaleza

Sin duda la inversión sostenible es una palanca clave para impulsar el cambio de paradigma empresarial. No obstante, cada vez es más importante disponer de transparencia para que dichos flujos de inversión vayan destinados verdaderamente a activos sostenibles. En esta línea creemos que la taxonomía europea traerá claridad y permitirá a los inversores focalizar sus esfuerzos en aquellas inversiones que verdaderamente abordan problemas sociales y medioambientales. 

Compartimos con vosotros el artículo escrito por Kenneth P. Tucker donde habla de manera muy gráfica sobre esta burbuja ESG y la importancia de la alineación entre los flujos de inversión, el compromiso de las empresas, junto con la acción ciudadana y una política gubernamental más urgente y agresiva para cambiar la mentalidad y las reglas del sistema.

Artículo «Una fantasía de un trillón de dólares», por Kenneth P. Tucker

El Observatorio de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica en Mauna Loa, Hawai, informó que los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera habían alcanzado las 419 partes por millón, los niveles más altos registrados en más de 4 millones de años.

Ese mismo día, BlackRock, el administrador de activos más grande del mundo, anunció otro hito: había recaudado 1.250 millones de dólares para su fondo de inversión para la transición de carbono de Estados Unidos. El fondo negociado en Bolsa más grande de la historia. El fondo es un reflejo de lo que el CEO de BlackRock, Larry Fink, comunica a sus clientes: “no vemos a la empresa a como un observador pasivo» cuando se trata de combatir el cambio climático.

Ver al gestor de activos más grande del mundo actuar como un agente social y ambiental debería ser motivo de optimismo. En cambio, representa una especie de juego de Kabuki en cinco actos, según Kenneth P. Pucker.

Acto I: Las empresas se dan cuenta de su responsabilidad de abordar los crecientes desafíos sociales y ambientales.

Acto II: La clase académica empieza a investigar sobre el tema.

Acto III: Las agencias de calificación, los consultores y otras instituciones financieras se apresuran a crear productos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG), destacando la oportunidad que supone para que las empresas y los inversores obtengan un desempeño financiero superior y un impacto social y ambiental. Un círculo en el que todos ganan.

Acto IV: Los inversores reconocen lentamente que la inversión ESG, como se practica actualmente, probablemente no conducirá a un rendimiento financiero mayor y, en su mayoría, no se preocupa por el impacto planeta.

Acto V: Despertar a las oportunidades y los límites de la inversión para abordar los crecientes desafíos sociales y ambientales.

¿Dónde estamos ahora mismo? Nos encontramos en el intermedio después del tercer acto. A medida que la inversión ESG se ha acelerado, el planeta ha experimentado las dos décadas más cálidas registradas, la Antártida se ha derretido, la desigualdad de ingresos en Estados Unidos se ha disparado y las especies han estado desapareciendo a un ritmo nunca antes visto durante milenios. El Dow Jones Industrial está alcanzando nuevos máximos y los gestores de activos están cobrando altas comisiones para supervisar una nueva categoría de inversión cada vez más popular: la inversión ESG.

Esto es lo que está mal. Los inversores finalmente se están tomando en serio la inversión ESG. Pero, como se practica actualmente, la mayoría de las inversiones ESG tienen poco o ningún impacto social o ambiental.

Las empresas despiertan

Timberland, una empresa de calzado y ropa que por entonces valía miles de millones de dólares estaba a la vanguardia de una cohorte de empresas comprometidas con la sociedad y el medio ambiente. La compañía amplió uno de los primeros informes de responsabilidad social corporativa (RSC) en 2002, pagó a los empleados por 40 horas de servicio comunitario e instaló energía renovable en su centro de distribución y sede corporativa. Timberland creía que las empresas tenían un papel que desempeñar para abordar los crecientes desafíos sociales y ambientales.

A pesar de los esfuerzos incipientes de Timberland, en ese momento la corriente predominante en los negocios, en el mundo académico y en Wall Street era que la Responsabilidad Social Empresarial era, en el mejor de los casos, una distracción. 

Sin inmutarse, los primeros practicantes de la Sostenibilidad Empresarial recibieron el apoyo de un creciente grupo de ONG y consultores deseosos de ayudar a las empresas a definir e informar sobre su impacto social y ambiental.

En 1997, se formó la Global Reporting Initiative (GRI) con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente para crear el primer marco integral de informes de sostenibilidad. “A principios de la década de 2000, existía la creencia de que la divulgación de la sostenibilidad era el ingrediente que faltaba”, dice Ralph Thurm, ex director de operaciones de GRI. «Los datos permitirían a los consumidores e inversores presionar a las empresas para que se volvieran más sostenibles, brindando beneficios a las personas y al planeta».

Con el tiempo, la visión de Wall Street de lo social y medioambiental pasó de la enemistad a la indiferencia. 

Arrancan las investigaciones 

Un estudio de 2012 comenzó a cambiar el sentimiento de los inversores. Este estudio colaborativo entre académicos de las escuelas de negocios de Harvard y Londres examinó 90 empresas «gemelas», cada una en la misma industria (por ejemplo, Walmart y Kmart Corp.), una clasificada como «alta sostenibilidad» y la otra como «baja sostenibilidad». 

Durante los primeros seis años, los movimientos del precio de las acciones de las empresas de alta y baja sostenibilidad fueron casi idénticos. Sin embargo, cuando se comparan durante un período de 18 años, los autores descubrieron que las empresas de alta sostenibilidad superaron a las de baja sostenibilidad en un promedio de 480 puntos básicos.

Cómo la investigación fomentó un bombardeo de marketing

Armado con estos estudios, el motor de ventas de Wall Street se puso en marcha. Goldman Sachs y BlackRock realizaron adquisiciones y nuevas contrataciones para respaldar el lanzamiento de nuevos productos de inversión ESG, y la investigación de Morgan Stanley y otras empresas «ayudó a disipar las preocupaciones de que los inversores tienen que sacrificar los rendimientos para hacer el bien», como escribió The Wall Street Journal en 2016. Las empresas de inversión pasaron colectivamente de negar la sostenibilidad a convertirse en feroces defensores de ella.

Es difícil exagerar el cambio en los flujos de fondos que generó esta narrativa de beneficio mutuo. Hace apenas cinco años, el término inversión ESG todavía era bastante nuevo. Ahora, según la Global Sustainable Investment Alliance (GSIA), uno de cada tres dólares invertidos a nivel mundial se invierte en activos ESG. En los últimos dos años, las aportaciones a los fondos ESG han sido casi el doble de las del resto de acciones.

El tamaño desconocido del mercado es una señal de advertencia

No existe una definición común o un marco legal para los activos ESG. Según Financial Times, «ESG es, en muchos sentidos, el sueño de marketing de un banco, precisamente porque está tan vagamente definido».

Sin barreras de seguridad, los administradores de activos pueden construir carteras con la marca ESG de la forma que deseen. 

Los reguladores, particularmente en Europa donde ESG tiene una historia más larga, entienden que esto no puede continuar sin control. En Bruselas, la Unión Europea está trabajando hacia una taxonomía que rija lo que se puede comercializar como un activo sostenible o ESG. 

En Estados Unidos la Comisión de Bolsa y Valores ha creado un grupo de trabajo sobre clima y ESG, y el CFA Institute está redactando un nuevo conjunto de estándares para los gestores de activos. Mientras tanto, el lavado verde en la industria de la gestión de activos continúa sin cesar. 

Las calificaciones y la inversión ESG no están diseñadas para promover el impacto ambiental y social. 

Los informes de sostenibilidad no presentaron desafíos sistémicos. La inversión ESG, como se practica actualmente, tampoco lo hará.

Despertar: existe evidencia de que las finanzas pueden ser una fuente de cambio ambiental positivo

Más allá del juego del ESG, hay buenas noticias. La presión de los inversores y los ciudadanos ha llevado a más de 1.000 empresas a comprometerse con objetivos basados ​​en la ciencia para ofrecer resultados medioambientales para proteger el planeta. Tanto las empresas como los países han acelerado recientemente sus compromisos con los objetivos de cero emisiones netas de carbono. Japón y la UE se han comprometido a convertirse en cero emisiones netas para 2050 y China para 2060. 

Al mismo tiempo, las reducciones drásticas en los precios de la energía renovable y las baterías hacen que sea antieconómico agregar nueva capacidad de combustibles fósiles en la mayor parte del mundo. El apoyo del gobierno a tecnologías como la energía del hidrógeno, la agricultura regenerativa y el reciclaje de plásticos, y una urgencia más ampliamente compartida de abordar la disrupción ambiental, está impulsando el flujo de capital hacia soluciones tecnológicas climáticas como baterías y cemento y acero limpios. Esto está produciendo soluciones emocionantes y transformadoras en campos que incluyen energía renovable, materiales de base biológica y transporte.

Los inversores y los accionistas también están demostrando que las finanzas pueden ser una fuente de impacto social y medioambiental positivo. 

Las tres preguntas que deberían hacerse los inversores ESG

Hasta que estas herramientas se adopten ampliamente, los inversores que busquen un impacto ESG deberían hacer tres preguntas simples a los gestores de activos para determinar la probabilidad de que un fondo esté diseñado para generar resultados ambientales y sociales positivos:

1. ¿Qué porcentaje de su fondo se dedica a soluciones ambientales o sociales?

2. ¿Cómo mide el impacto ambiental y social?

3. ¿Cómo evalúa el desempeño de la gestora de fondos?

Las respuestas a estas preguntas permitirán diferenciar el grano de la paja y distinguir los fondos comercializados por ESG de los fondos comprometidos con ESG.

El sector privado tendrá que ser un socio cada vez más activo y auténtico para abordar los desafíos sociales y ambientales. Sin embargo, los gobiernos y las políticas deben liderar estos desafíos. 

Para hacerlo, se requieren nuevas reglas, incluidos los precios del carbono y el agua que reflejen los costes sociales, mandatos de electricidad limpia, compromisos para retirar los vehículos con motor de combustión interna de las carreteras, impuestos a las corporaciones e individuos que sean justos y exigibles, e incentivos de nuevas soluciones para sectores difíciles de descarbonizar. 

La financiación del Green New Deal de la UE vinculada al progreso medioambiental de cada país es un modelo a imitar, mientras que la reincorporación de Estados Unidos a la comunidad global al asumir compromisos agresivos para electrificar y descarbonizar es una buena noticia. Es así cómo tuvo lugar el estallido de la burbuja ESG.

También lo es la mayor preferencia de los inversores por los activos ESG y los esfuerzos por estandarizar los informes de sostenibilidad y regular la inversión ESG. Dicho esto, no espere que estos cambios aborden adecuadamente los problemas sociales y ambientales. Ese trabajo también debe provenir de la acción ciudadana y de una política gubernamental coordinada más urgente y agresiva para cambiar la mentalidad y las reglas del sistema.

Fuente: Kenneth P. PuckerInstitutional Investor “The trillion dollar fantasy” 

¡Descubre más en el blog de Transcendent!

CÓMO ACTIVAR LA SOSTENIBILIDAD EMPRESARIAL

Carretera verde bosque

La sostenibilidad empresarial es un enfoque integral que busca maximizar el impacto positivo de una empresa en la sociedad y en el medio ambiente, mientras se mantiene una rentabilidad económica sostenible. Es un concepto clave para el desarrollo sostenible y se aplica a todas las empresas, independientemente de su tamaño o sector.

Cada vez más las empresas son conscientes de que tienen que cambiar algo, transformarse y adaptarse para seguir avanzando hacia un mundo más sostenible. La consultoría de sostenibilidad hace que esto sea posible.

El 83% de los jóvenes españoles asegura que elige marcas con propósito frente al 39% de los mayores de 65 años. Algo está cambiando. A las empresas ya no sólo se las exige que no contaminen. El mercado va mucho más allá. Los consumidores compran productos y servicios socialmente responsables. 

Es por eso por lo que empresas como Danone están tratando de cambiar su modelo de producción a un estilo más saludable, sostenible e inclusivo a través de diferentes iniciativas y proyectos.

En concreto, Danone lleva tiempo trabajando su propósito: liderar una revolución de la alimentación para asegurar la sostenibilidad del sistema alimentario y garantizar una dieta saludable a una población creciente, al tiempo que se protegen los recursos naturales.

Para conseguirlo está apostando por una transformación real de los hábitos alimentarios que reduzca el desperdicio y promueva un sistema de producción local y de temporada. Al mismo tiempo, pone en valor el empoderamiento hacia las nuevas generaciones para convertirlas en agentes del cambio. En coherencia con el movimiento BCorp del que la compañía forma parte.

Referentes a los que mirar hay muchos. Ecoalf, Auara, Unilever, Ben & Jerry, Central Lechera Asturiana… la lista es muy larga. Y cada vez más. El movimiento BCorp no para de crecer. En España ya somos casi 50 las empresas con esta certificación, que valora mediante un riguroso proceso de verificación cuáles son las mejores empresas “para” el mundo.  

El «para qué» de tu empresa es la clave

Pero, ¿cómo puedo incorporar la sostenibilidad a mi empresa?, ¿cómo transformar mi negocio para que genere impacto positivo? Una consultoría de sostenibilidad puede ser la respuesta a estas cuestiones.

La clave está en definir y activar tu propósito. Para qué necesita alguien una empresa como la tuya. Ese “para qué” es la clave de la transformación que cualquier empresa debería abordar, si no lo ha hecho ya, de cara a llevar la sostenibilidad a otro nivel.

La activación del propósito en una empresa puede ayudarte a:

  1. Mejorar la reputación y la legitimidad para operar
  2. Atraer, retener y motivar el talento
  3. Fidelizar a los clientes
  4. Aumentar el interés de los inversores
  5. Fomentar la innovación

¿Necesito una consultoría de sostenibilidad?

Una consultora de sostenibilidad puede marcar la diferencia porque ayuda a definir y activar el propósito, a gestionar los activos ESG y porque mediante un cuadro de mandos permite identificar, medir y mejorar los resultados de tu empresa y el impacto social, medioambiental y de gobernanza.

Todo ello permite mejorar tu posición respecto a la competencia. Por ejemplo, según el Primer Barómetro sobre Propósito Empresarial en España, elaborado por APD y Transcendent, para 9 de cada 10 ejecutivos encuestados el propósito aporta valor y contribuye a mejorar la rentabilidad de la empresa. Además, es una palanca para atraer talento en todos los niveles de la organización. De hecho, 3 de cada 4 encuestados se cambiaría de trabajo a una empresa con propósito, y 1 de 4 cuatro estaría dispuesto a cambiarse de trabajo, incluso asumiendo una reducción salarial. 

Sabemos que las empresas con propósito doblan su valor de mercado cuatro veces más rápido que las demás y además registran un rendimiento del capital mayor del 5,9%.

También se financian mejor en los mercados, mejoran su reputación, reducen sus riesgos de vulnerabilidad ante posibles crisis, atraen y retienen el talento y mejoran sus resultados.

Pero ¿cómo se lleva la sostenibilidad a la empresa?

Las empresas abordan la sostenibilidad desde diferentes puntos de vista:

  • Incorporando los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) a su negocio, lo que implica comprender las oportunidades y las responsabilidades que individual y colectivamente representan para la empresa.
  • Priorizando los ODS más importantes. Para saber cuáles de ellos conllevan realmente un impacto positivo, la organización deberá analizarlos para definir las áreas de actuación prioritarias.
  • Estableciendo objetivos propios vinculados a dichos ODS, lo que significa transformarlos en objetivos empresariales e integrarlos en la estrategia de la empresa. En este punto, la implicación de la alta dirección es clave para que se acabe implementando como parte estratégica del desarrollo de la compañía.
  • Integrando la sostenibilidad en el negocio y la gobernanza de la compañía.
  • Informando y comunicando al resto de la compañía, lo que facilitará el trabajo de divulgación de la información corporativa, el acceso a dicha información por las partes interesadas y el conocimiento general sobre el conjunto de prioridades compartidas.

Un proceso que requiere compromiso, involucración del comité de dirección y comunicación a los empleados, pero que una vez implementado aporta valor a la empresa, a los que trabajan en ella, a la sociedad en general y al planeta. Un camino que, según los expertos, no tiene vuelta atrás. ¡Descubre más sobre cómo puede ayudar a cumplir el propósito de tu empresa una consultora de sostenibilidad!

7 LIBROS PARA APASIONADOS DEL PROPÓSITO

Perro inteligente

Estamos viendo cómo el mercado, los inversores, los consumidores, y la sociedad en general está demandando de una manera muy clara que las empresas generen con su actividad un impacto positivo en su entorno y en el planeta. Las marcas que lo están haciendo están mejorando su rentabilidad porque los empleados quieren trabajar en empresas con Propósito, los consumidores prefieren comprar productos que generan impacto positivo, los inversores apuestan por fondos sostenibles etc.

Para los que creen que el mundo está cambiando, que hay otra manera de hacer negocio y que las empresas tienen que jugar un papel fundamental en ese cambio, desde dentro, reinventando su manera de trabajar y colocando en el centro de su actividad el impacto social, queremos recomendarles algunos libros. Son libros sobre propósito empresarial que nos inspiran y dan ideas para coger aire fresco en este verano.

Grow the pie, de Alex Edmans

Es uno de los libros sobre propósito empresarial de referencia para quienes están interesados en formar parte del nuevo capitalismo. Basado en evidencias académicas, pero con ideas muy prácticas y bajo la necesidad de combinar la rentabilidad con el Propósito en los negocios. Fue elegido Libro del Año para empresas por Financial Times en 2020

Grit, el poder de la pasión y la perseverancia

Escrito por Angela Duckworth, este libro permite aprender sobre pasión y persistencia sostenida para mejorar nuestra resiliencia, ambición y autocontrol en el camino hacia conseguir nuestros objetivos. Un camino que nos puede llevar meses, años e incluso décadas.

Su investigación surgió cuando siendo profesora de matemáticas Duckworth se dio cuenta de que el coeficiente intelectual no era el único factor diferenciador entre los estudiantes exitosos de los que no lo eran. Durante años investigó los efectos de la técnica grit a corto y largo plazo en el rendimiento escolar, en el trabajo y en las relaciones personales.

TrailBlazer, de Marc Benioff

¿Cuál es el secreto para que una empresa crezca e innove y para que tu carrera profesional esté dirigida por un Propósito en un mundo que se está convirtiendo en algo inmensamente más complicado cada día? La respuesta, para Marc Benioff, es adoptar una cultura en la que tus valores permeen y formen parte de todo lo que haces.

El autor del libro es presidente, fundador y co-CEO de Salesforce, elegido Top Innovador de la década por la revista Forbes, uno de los grandes líderes según la revista Fortune y uno de los 10 mejores CEOS por la Harvard Business Review.

“Impact”, de Sir Ronald Cohen

El gurú del impacto social publicó el año pasado su libro “Impact”. Un libro que muestra cómo el empuje de la inversión de impacto está dando un vuelco a nuestro sistema económico, transformando el sector privado y pasando de ser un elemento de contaminación y de desigualdad a ser un elemento de impacto positivo; distribuyendo las oportunidades más justamente y aportando soluciones a los grandes retos sociales y medioambientales. Y, según Cohen, esta revolución que llama la Revolución de Impacto va a ser tan innovadora y disruptiva como lo fue en su día la Revolución Tecnológica.

“Un mundo de tres ceros”, de Muhammad Yunus

Es un libro que se basa en tres premisas: pobreza cero, desempleo cero y cero emisiones netas de carbono. Su autor, Premio Nobel de la Paz en 2006, es uno de los principales referentes a nivel mundial en ecología y economía social. Fundador del Banco Grameen, pretende incentivar los microcréditos a personas con pocos recursos para potenciar el desarrollo social y económico.

El hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl

El psiquiatra Viktor Frankl que relata en el libro su paso por los campos de concentración nos da una lección acerca de la superación y de la búsqueda del sentido de la vida. Mediante la construcción personal de la libertad personal y la dignidad humana, consigue recordarnos la importancia del propósito en lo que hacemos.

“El corazón de los negocios”, del CEO de Best Buy

Hubert Joly, ex director ejecutivo de Best Buy y artífice del espectacular cambio de rumbo de esta empresa americana, presenta su guía personal para lograr los resultados extraordinarios al poner a las personas y al Propósito en el corazón del negocio.

En 2012, «todos pensaban que íbamos a morir», dice Joly. Ocho años después, Best Buy se transformó cuando Joy y su equipo convirtieron a esta empresa en uno de los empleadores preferidos del país, aumentaron enormemente la satisfacción del cliente e incrementaron drásticamente el precio de las acciones de Best Buy. También lograron convertir a Best Buy en un líder en sostenibilidad e innovación.

The Heart of Bussiness es una guía para líderes dispuestos a abandonar viejos paradigmas y liderrar con Propósito y humanidad. Muestra cómo podemos reinventar el capitalismo y contribuir a un futuro sostenible.

¿Con cuál de estos libros sobre propósito empresarial has decidido empezar? ¡Descubre más en nuestro blog!

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